El vino es una bebida que, desde hace siglos, ha sido uno de los grandes placeres de la humanidad. Además de sus propiedades organolépticas, nos fascina su historia y todo lo que rodea a su producción y almacenamiento. Una de las clasificaciones más conocidas del vino es su edad y en este artículo te explicaremos cómo se clasifican los vinos según su tiempo de envejecimiento.
Vinos jóvenes
Los vinos jóvenes son aquellos que se comercializan prácticamente inmediatamente después de la elaboración, sin haber pasado por un proceso de envejecimiento. El objetivo de estos vinos es conservar la frescura y la frutosidad de la uva. Por regla general, son vinos ligeros y frescos, ideales para consumir en cualquier época del año. Son los vinos más consumidos en el mundo, y los más adecuados para maridar con comidas ligeras y frescas, como ensaladas o pescado a la plancha.
Vinos de crianza
Los vinos de crianza son aquellos que han pasado por un proceso de envejecimiento en botella durante, como mínimo, 2 años. Este proceso se lleva a cabo en barricas de roble, lo que les da una mayor complejidad aromática, un mayor cuerpo y generosidad. Dependiendo del tiempo de envejecimiento en barrica, se pueden distinguir diferentes tipos de vinos:
- Vino de crianza: Este vino ha permanecido durante un mínimo de 6 meses en barrica.
- Vino de reserva: Este vino ha pasado un mínimo de 1 año en barrica, y otro año más en botella.
- Vino de gran reserva: Este vino ha permanecido en barrica durante al menos 2 años, y 3 años más en botella.
Los vinos de crianza son ideales para acompañar platos elaborados, como guisos, asados o quesos curados. Son vinos más complejos y estructurados, que destacan por su equilibrio en boca y su elegancia.
Vinos de postre
Los vinos de postre son aquellos que se toman al final de la comida, y se maridan con postres dulces. Por su alto contenido en azúcares, son vinos densos, untuosos y muy aromáticos. También se les conoce como ‘vinos de meditación’, ya que son ideales para degustarlos en solitario, después de una buena cena. Los vinos de postre pueden ser tintos o blancos, siendo los más conocidos el Oporto, el Jerez y el Sauternes.
Vinos espumosos
Los vinos espumosos son vinos que tienen gas carbónico disuelto, que se libera en forma de burbujas cuando se destapa la botella. Existen diferentes tipos de vinos espumosos, destacando el Champagne, el Cava y el Prosecco. Los vinos espumosos son ideales para brindar en ocasiones especiales, y también para maridar con platos de pescado o marisco.
Vinos de autor
Los vinos de autor son aquellos que se elaboran con una técnica y filosofía muy particular por parte del enólogo. Estos vinos suelen ser muy personales y únicos, ya que el enólogo experimenta con diferentes tipos de uva, barricas y procesos de elaboración, buscando un resultado muy particular. Los vinos de autor suelen ser de ediciones limitadas, y suelen tener un precio elevado. Son vinos que se disfrutan más en ocasiones especiales, ya que su elaboración y sabor merecen ser apreciados con calma y sin prisas.
Epílogo
En definitiva, los vinos se clasifican según su edad o tiempo de envejecimiento. La edad del vino es un factor fundamental para determinar su sabor, aroma y complejidad. Desde los vinos más frescos y jóvenes hasta los de autor, pasando por los de crianza y los espumosos, el mundo del vino nos ofrece una amplia variedad de posibilidades para disfrutarlo en cualquier ocasión.