Si eres un amante del vino, seguramente has visto como alguien pasa su dedo por el borde del vaso después de haber probado un sorbo. Este gesto puede parecer extraño para aquellos que no están familiarizados con el mundo del vino, pero para los entendidos tiene una finalidad muy clara.
¿Por qué se hace?
En términos generales, pasar el dedo por el borde del vaso después de haber probado un sorbo de vino tiene dos objetivos principales. En primer lugar, permite comprobar la calidad de la cristalería, y en segundo lugar, sirve para evitar cualquier molestia en el paladar que pueda afectar la percepción del sabor del vino.
Comprobar la calidad de la cristalería
Cuando se prueba un vino, es importante que la cristalería utilizada esté limpia y en buen estado. Si la superficie del vaso está sucia, aceitosa o presenta algún tipo de imperfección, esto puede afectar la apreciación de los aromas del vino y alterar su sabor. Es por ello que el gesto de pasar el dedo por el borde del vaso permite comprobar si este está limpio y no presenta defectos.
Evitar molestias en el paladar
Otro motivo por el cual los expertos en vino realizan este gesto es para evitar cualquier tipo de molestia en el paladar que pueda afectar la percepción del sabor del vino. Al pasar el dedo por el borde del vaso, se eliminan los restos del vino que pudieran quedar en los labios o en la boca, por ejemplo restos de posos o sedimentos, trozos de corcho o exceso de alcohol. De esta manera, se asegura que el siguiente sorbo de vino será probado sin interferencias en el paladar, lo que permitirá apreciar mejor sus sabores y aromas.
¿Cómo se debe hacer?
El gesto de pasar el dedo por el borde del vaso es sencillo, pero requiere de cierta práctica para hacerlo correctamente. En general, se debe pasar el dedo índice por el borde del vaso, desde el punto donde se ha bebido hasta el punto opuesto, en todo el perímetro del vaso. Es importante hacerlo de manera suave, sin ejercer demasiada presión para no dañar la cristalería o dejar huellas dactilares en el borde del vaso.
Epílogo
En resumen, pasar el dedo por el borde del vaso después de haber degustado un sorbo de vino no solo tiene una finalidad estética, sino que también tiene una función muy práctica. Además de comprobar la calidad de la cristalería, es una forma sencilla y efectiva de evitar cualquier molestia en el paladar que pueda afectar la percepción del sabor del vino.
Por lo tanto, la próxima vez que estés en una cata de vino, no te extrañes si ves a alguien haciendo este gesto con su vaso. ¡Ahora ya sabes el porqué!